Oda a la Alegría I
I
El reloj es al tiempo
Lo que vos a mi vida,
Simple faro que en la noche
A mi me sirve de guía.
Despierto, vuelo, sueño
Y de nuevo al despertar
Mis lágrimas no te olvidan.
No se si será la noche,
Pero las estrellas
Se apagaron cuando frías
Las perlas se derraman.
¿Por qué ha de existir el día?
Si el tiempo ni el reloj
Mueven mis agujas que no giran,
Mi pulso calla en tu ausencia,
Muere mi voz sin tu alegría.
Aún muerto sonrío,
Enamorado es el polvo de la arena,
Reloj que a mi tiempo condena,
Recordándote siempre al bajar
Los frágiles cerrojos del alma
Que son mis párpados al soñar.
Mi dios a de haberse olvidado
De cambiar la película de mi sueño,
Pues son tus rasgos los que veo,
Noche tras noche sin descanso.
Triste es tenerte cuando no existes,
Duro es querer sin ser querido,
Mas sonriente es mi faz
Con tu alegría,
La pena llamada melancolía
Debió de haberse ido.
Nunca te deje ver,
El corazón de mi Luna
Y solo te mostré mi amor
Por el ojo de la cerradura.
Debí de darte
La llave equivocada,
Ya que mi puerta,
Aún permanece cerrada.
Será que el silencio
Es el único que me escucha,
Y la olvidada soledad
Mi única compañía.
El reloj es al tiempo
Lo que vos a mi vida,
Simple faro que en la noche
A mi me sirve de guía.
Despierto, vuelo, sueño
Y de nuevo al despertar
Mis lágrimas no te olvidan.
No se si será la noche,
Pero las estrellas
Se apagaron cuando frías
Las perlas se derraman.
¿Por qué ha de existir el día?
Si el tiempo ni el reloj
Mueven mis agujas que no giran,
Mi pulso calla en tu ausencia,
Muere mi voz sin tu alegría.
Aún muerto sonrío,
Enamorado es el polvo de la arena,
Reloj que a mi tiempo condena,
Recordándote siempre al bajar
Los frágiles cerrojos del alma
Que son mis párpados al soñar.
Mi dios a de haberse olvidado
De cambiar la película de mi sueño,
Pues son tus rasgos los que veo,
Noche tras noche sin descanso.
Triste es tenerte cuando no existes,
Duro es querer sin ser querido,
Mas sonriente es mi faz
Con tu alegría,
La pena llamada melancolía
Debió de haberse ido.
Nunca te deje ver,
El corazón de mi Luna
Y solo te mostré mi amor
Por el ojo de la cerradura.
Debí de darte
La llave equivocada,
Ya que mi puerta,
Aún permanece cerrada.
Será que el silencio
Es el único que me escucha,
Y la olvidada soledad
Mi única compañía.
